El envejecimiento es un proceso natural que tiene el organismo a través del tiempo, se caracteriza por ser un periodo de grandes cambios en todas las áreas de funcionamiento.
De acuerdo con la organización mundial de la salud, se considera adulto mayor a cualquier persona mayor de 60 años; siendo la vejez la última etapa del ciclo vital.
CARACTERÍSTICAS FÍSICAS
Disminución de la masa muscular.
Aumento de la grasa corporal.
Disminución de la estatura.
Aumento de la curvatura de la espalda (cifosis).
Mayor fragilidad en los huesos, las articulaciones se hacen menos flexibles y mas rígidas.
El corazón aumenta de peso y tamaño, funciona más despacio y de forma irregular.
Decrece el apetito, la digestión es menos efectiva.
Pelo fino y cano.
Arrugas.
Piel más fina y pálida, con manchas oscuras y perdida de elasticidad.
Disminución de la velocidad de la marcha.
CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS
Dificultad para procesar estímulos del entorno, hay perdida en la velocidad de reacción.
Se recuerda con mayor facilidad los hechos pasados que recientes.
La capacidad para resolver problemas nuevos disminuye.
En la personalidad se acentúan los rasgos del carácter debido a experiencias vividas.
Puede presentarse:
Tendencia a la introversión.
Pérdida de la autonomía.
Insatisfacción y desajustes sexuales.
Pérdida de roles familiares y sociales.
Rechazo e inadaptación a la vejez.
Inconformidad con su imagen corporal.
Aislamiento o disminución de las relaciones humanas.
Alteración en la autoestima principalmente por el deterioro físico y funcional.
CARACTERÍSTICAS SOCIALES
Ocurren una serie de cambios que tienen una trascendencia en la vida de cualquier persona adulta.
JUBILACIÓN
La adaptación a la jubilación depende del significado que se le otorgue, para algunas personas supone el descanso y para otras representa una pérdida importante. De cualquier manera, genera un desajuste, por lo que es necesario una readaptación a la nueva forma de convivencia y a los roles familiares.
VIUDEZ
La pérdida del cónyuge se percibe como una pérdida importante, y eventualmente lo que más puede afectar son las actitudes inadecuadas de los familiares. Es frecuente que quieran que el anciano no sufra, no llore, “que le heche ganas”, o que se vaya a vivir a casa de los hijos, “rotándolo” por diferentes lugares, sin darse cuenta que esto obstaculiza su capacidad de adaptación.
PÉRDIDA DE FAMILIARES Y AMIGOS
La pérdida de seres allegados provoca en las personas mayores sentimientos de tristeza y soledad, así como una y disminución significativa de las relaciones sociales.
El adulto mayor está sometido al igual que las personas jóvenes al estrés de la vida moderna. La concepción que se tiene de la vejez, no es muy positiva, se asocia con una etapa no productiva, incapacidad y soledad. Es común que nos olvidemos de que aún son personas con capacidades, intereses e inquietudes muy particulares.
Nuestra labor a nivel social es ayudarlos a redescubrir sus capacidades y habilidades, enriquecer su autoestima y hacerlos parte activa de un grupo, principalmente su familia.
Algunas recomendaciones:
El adulto mayor necesita sentirse querido por los que lo rodean y, en consecuencia, ser capaz de expresar recíprocamente ese mismo sentimiento a los otros.
Es imprescindible para poder vivir dignamente que no pierda su autoestima.
Ayudarlo a valorarse, dándole la oportunidad de formar parte del sistema productivo en aquellas actividades para las que tenga aptitudes.
Contribuir para que no pierda su rol y su funciones concretas.
Aprender a escucharlo, tanto en sus necesidades como opiniones y expectativas, que sea parte de las decisiones familiares.
Facilitar la relación con personas a las que pueda ayudar y sentirse realizado con ellas, participando en eventos recreativos, culturales, de beneficencia y voluntariado.
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