La muerte de un ser querido nos pone irremediablemente ante el misterio de la vida, en donde nos cuestionarnos sobre nuestras prioridades, valores y actitudes; conectándonos con la parte más profunda de nosotros. Significa estar en duelo.
El duelo es un proceso de respuesta natural ante la perdida, ausencia, muerte o abandono de alguien o algo significativo para nosotros.
En efecto, es un estado complejo en el cual nos encontramos cuando perdemos a alguien a quien hemos amado y valorado en nuestras vidas. Por ello se dice que el duelo es un indicador de amor hacia quien ya no esta.
Siendo el duelo un proceso complejo, cada uno lo manifiesta de forma diferente, sin embargo este incluye respuestas emocionales, físicas, intelectuales y conductuales:
EMOCIONALES:
Tristeza
Enojo
Culpa
Bloqueo
Ansiedad
Soledad
Fatiga
Impotencia
Anhelo
Alivio
Confusión
FÍSICAS:
Opresión el pecho
Falta de aire
Debilidad muscular
Falta de energía
Sequedad de boca
Vacio en el estomago
Nudo en la garganta
Hipersensibilidad al ruido
INTELECTUALES:
Incredulidad
Confusión
Preocupación
Alucinaciones breves
Sensación de presencia del fallecido
CONDUCTUALES:
Soñar con el fallecido
Evitar recuerdos del fallecido
Suspiros
Llanto
Atesorar objetos de la persona fallecida
Buscar y llamar en voz alta
Cada persona vivirá de forma distinta el duelo, sin embargo existen momentos que frecuentemente son comunes en los dolientes. Conocer este proceso puede ayudarnos a comprender mejor lo que estamos experimentando.
ATURDIMIENTO Y CHOQUE: Se refiere a la conmoción causada por la noticia, hay una gran sensación de irrealidad. Podemos sentirnos confundidos, desesperados, tristes, culpables, con mucho miedo y ansiedad, lo que puede ocasionar un sentimiento de “embotellamiento emocional”.
EVITACIÓN – NEGACIÓN: A medida que pasan los días, empezamos a ser conscientes de la ausencia del ser querido, para lo cual podemos desarrollar respuestas de afrontamiento con el fin de protegernos de esta nueva realidad. Algunas personas niegan lo ocurrido, le restan importancia, tratan de mantenerse activos o incluso sustituir la perdida. Hay una necesidad de evitar el contacto con el dolor.
INTEGRACIÓN – CONEXIÓN: Poco a poco vamos aceptando la realidad de la pérdida y nos sentimos mas preparados para enfrentar el dolor que causa. Existe necesidad de recordar al ser querido, aparecen los rituales (visitar lugares significativos, hacer cajas de recuerdos, escribir cartas).
TRANSFORMACIÓN Y CRECIMIENTO: Una vez que asimilamos el dolor de la perdida, se da paso a emociones como gratitud y amor, experimentando una transformación. Existen cambios en las prioridades y valores, generando un nuevo sentido de vida.
¿QUÉ HACER DURANTE EL DUELO?
La pérdida de un ser querido supone una serie de cambios en nuestra vida y aunque cada persona tiene necesidades diferentes mientras transcurre el proceso de duelo, existen algunas recomendaciones que podemos seguir.
DAR UN ESPACIO A LO QUE SENTIMOS Es frecuente reprimir nuestras emociones pensando erróneamente que así van a desaparecer y por lo tanto el dolor se ira. Pero lo cierto, es que hace falta identificar nuestros sentimientos para poder comprender que necesitamos para asimilar la perdida.a No podemos ocultar lo que sentimos y evitarlo hará que se acumule, pudiendo ocasionar desordenes emocionales a largo plazo.
Por ello resulta fundamental dar a los demás y a nosotros mismos permiso para expresar nuestros sentimientos. Podemos hacerlo hablando con alguien, escribiendo, dibujando, bailando, etc. Se trata de encontrar una forma de expresión a través de la cual podamos soltar lo que llevamos dentro.
En este sentido, debemos ser compresivos y entender que no hay emociones buenas ni malas, todas nos ayudan a procesar lo que estamos viviendo. Es importante no juzgar ni comparar con otras personas, cada uno tiene una forma de afrontar su duelo.
CUIDAR DE NOSOTROS Es fácil olvidarnos de nosotros mismos cuando estamos en duelo, el dolor que sentimos puede hacer que nos descuidemos completamente. Sin embargo es primordial dedicarnos un tiempo a nosotros mismos.
Por ello debemos mantener una dieta equilibrada (sana, variada, no saltarse comidas, etc), practicar ejercicio moderado, tener un descanso adecuado y reducir habitos dañinos (alcohol, tabaco etc). Esto nos propocionara una sensación de bienestar, que nos ayudara durante el proceso, y evitara otras complicaciones.
REALIZAR ACTIVIDADES PLACENTERAS
En ocasiones podemos pensar que si estamos alegres y disfrutamos de cosas que nos agradan significa que estamos olvidando a nuestro ser querido. Lo cierto es que este error en el pensamiento puede ocasionar que nos alejemos de actividades que nos hagan sentir bien, y por lo tanto el proceso de duelo se prolongue.
Estar en duelo NO significa que dejemos de hacer aquello que disfrutamos, por lo que dar un paseo, asistir a alguna actividad cultural, tomar un café, etc, es necesario para mantener un bienestar emocional.
VOLVER A LA REALIDAD La pérdida de un ser querido trastoca la realidad, por lo que el proceso de duelo debe favorecer encontrar de nuevo una normalidad. Se sugiere retomar actividades de ocio, continuar con las relaciones familiares y de amistad, así como reintegrase a la vida laboral.
RECUPERAR EL CONTROL Es útil la adquisición de nuevos hábitos o mejorar otros (alimentación, deporte, etc.), así como involucrarse en nuevas actividades que le ayuden a sobrellevar el proceso (lecturas relacionadas al duelo, grupos de apoyo, etc).
HACER RITUALES DE DESPEDIDA Los rituales de despedida son actos que comprenden todo lo que nuestro ser querido nos hizo sentir. A medida que avanzamos en el proceso de duelo, podemos tener el deseo de expresarle cosas que no dijimos, nuestros sentimientos, agradecerle por todo lo que nos dio etc.
Esto puede ser a través de:
Escribir una carta dirigida a nuestro ser querido (escribiendo sobre el vinculo que se mantuvo y como queremos que siga presente en nuestra vida).
Crear un libro con fotografías o frases de sus enseñanzas que ahora nos hacen ser como somos.
Crear espacios para hablar de persona fallecida, compartiendo recuerdos.
En la medida en que la muerte es vivida y no negada, el proceso de duelo es , no solo más sencillo de elaborar, sino que se puede convertir en una experiencia de crecimiento y humanización.
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